En Ketty no para, Mallol interpreta a una mujer separada que tiene que enfrentarse a la vida cuando ya ha entrado en la madurez. «La serie tiene todos los ingredientes para que hubiera sido un culebrón y, sin embargo, está escrita en clave de comedia. Ketty es una mujer que está sola y, a pesar de ello, vive feliz. Es ingenua, pero no tonta, y como no sabe por dónde salir, sale por peteneras».

María, el papel que representa Elena Martín, también está divorciada, aunque al contrario de Ketty sus malas experiencias han provocado que deje la ingenuidad a un lado. «Es una mujer sin mucha cultura, pero muy curiosa; siempre está metida en veinte mil historias. Todavía tiene frescura, aunque los malos tragos la han convertido en un poco resabiada».

Ninguna de las cadenas todavía tiene fijada la fecha de estreno de ambas series, pero es muy posible que en primavera coincida la emisión de las dos producciones.

«Nuestra amistad está por encima de esta competencia», afirma Mallol.

«La guerra de las audiencias es de lo más absurdo -continúa Martín-. En mi serie se ha prohibido hablar de ella. Al primero que haga referencia a estos datos se le multará, porque son unas cifras que comen la moral».

Pero lo que más les gustaría a Las Virtudes es protagonizar una serie hecha a su medida.

«Se han fiado de nosotras por separado, pero no como dúo. A lo mejor este año podemos hacer alguno de los dos proyectos que ya hemos pensado».